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  Sanciones por reciprocidad
 

SANCIONES POR RECIPROCIDAD

En la realidad del la vida del niño es imposible evitar las sanciones. Las calles están llenas de automóviles y, obviamnete, no podemos permitir que los niños toquen equipos de sonido ni tomas eléctricas. Sin embargo, Piaget hizo una diferenciación importante entre sanciones por reciprocidad y por castigo, ya que la relación entre una mentira y un postre es absolutamente arbitraria. Decirle que no podemos creer lo que ha dicho, es un ejemplo de sanción por reciprocidad. Las sanciones por reciprocidad están directamente relacionadas con la acción que queremos sancionar y con el punto de vista del adulto, y tienen el efecto de motivar al niño a construir reglas de conducta a través de la coordinación de puntos de vista.

TIPOS DE SANCIONES POR RECIPROCIDAD

1.
Exclusión Temporal o Permanente del grupo: Cuando un niño molesta a los adultos durante la cena, los padres frecuentemente dicen, "puedes quedarte sin molestarnos o irte a hacer ruido a tu habitación". Esta sanción está relacionada con la acción sancionada y con la necesidad de los adultos, y le ofrece al niño la posibilidad de construir por sí mismo la regla de ser considerado por los demás. Es seguro que la opción que se le ofrece es coersitiva y está dentro de dos alternativas que al niño no le gustan, pero el elemento importante es la oportunidad de tomar una decisión. La implicación es que cuando y si el niño decide estar quieto, tiene la posibilidad de regresar al grupo. Esta opción le da la oportunidad de llegar a comprender que otras personas tienen necesidades que pueden entrar en conflicto con las suyas. También le ofrece el incentivo de escoger comportarse mejor. La opción anterior es diferente de la que se le otorga bajo amenaza de un castigo. Cuando el adulto dice "estate quieto o te pego", la opción está entre quedarse quieto o ser castigado. Una coersión así arrincona al niño y no le da lugar para que negocie una solución aceptable para todos. Además, para que el niño construya una regla por sí mismo, debe tener suficiente tiempo y libertad para pensar y manejar la restricción de una manera adecuada.

Los maestros también usan a menudo está sanción de exclusión del grupo. Cuando un grupo está escuchando una historia y un niño altera el orden, el maestro dice, por ejemplo, "te puedes quedar aquí sin molestar al resto de la clase, o deberé pedirte que vayas a leer solo al rincón de los libros".Cuando sea posible se le debe dar al niño la oportunidad de decidir cuándo puede comportarse lo suficientemente bien para regresar al grupo. Los límites mecánicos de tiempo sirven únicamente como castigo, y los niños que han expiado el tiempo fijado a menudo se sienten libres de cometer el mismo error otra vez.

La exclusión del grupo es una sanción muy poderosa, y los niños a menudo usan esta técnica entre ellos mismos. En un juego de grupo, por ejemplo, se les puede oir decir, "no quiero jugar contigo porque haces trampas". La negociación que sigue en busca de una solución aceptable para todos es importante para el desarrollo de la autonomía moral. Unicamente al comprender los puntos de vista de la otra persona y al tratar de coordinarlos en su propia perspectiva, puede el niño construirse la regla de jugar sin hacer trampa.

2.Dirigirse a la consecuencia directa y material de la acción: De este ya se realizó un ejemplo anterior con relacíón a los niños que mienten.
 
3.Privar al niño del objeto del que ha abusado: Hace algún tiempo, alguien estuvo durante tres días consecutivos en un aula de niños de cuatro a cinco años de edad. La habitación era bastante pequeña para una clase de 25 niños y casi la tercera parte del área estaba reservada para construcciones de cubos que permanecieron allí durante todo el tiempo de la visita. Esta persona se sorprendió que las elaboradas construcciones no sufrieran accidentes durante tres días, y que los niños fueran extremadamente cuidadosos de no perturbar la labor de otros cuando iban ocasionalmente a sus cubos para modificar su propia construcción. Cuando se preguntó a la maestra cómo logró que los niños fueran tan cuidadosos, ella explicó que fue muy estricta al principio del año y no permitió que los niños entraran al área de los cubos y derrumbaran algo. Más tarde, negoció con cada niño el derecho de ingresar al área, cuando éstos habían aprendido que debían ganarlo. La maestra, en la situación anterior, admitió que uso su poder. Pero no lo usó para su propia conveniencia, sino para fomentar la autonomía y reforzar la regla; y para proteger los sentimientos de los niños. La sanción fue particularmente eficaz porque los niños podían ver el punto de vista de sus compañeros y aceptar la necesidad de respetar su trabajo. Cuando una sanción alienta a los niños para que coordinen su punto de vista con el de los demás, los anima a construir una regla por su propia voluntad. 

4. Hacer al niño lo que el ha hecho con los demás: Esta sanción se presenta con muchas reservas, pues puede degenerar rápidamente en una guerra de venganza y agravación.Sin embargo, ésta puede ser a veces una intervención útil cuando, por ejemplo, un niño de dos años muerde a alguien sin la menor idea de que morder duele. El principio importante que se debe de recordar es que si la situación no permite que el niño vea el punto de vista de los demás, se puede estar usando la peor de todas las técnicas.
 
5. Indemnización:
Si un niño pequeño derrama pintura en un piso, la reacción apropiada puede ser decirle "¿Te gustaría ayudarme a limpiarlo?". Más adelante puede bastar con decirle "¿Qué tienes que hacer?". Ciero día, en un aula de kinder, un niño llegó llorando donde su maestra porque su proyecto de arte había sido dañado. La maestra le dijo a sus alumnos que quería que la persona que había roto el objeto se quedara con ella durante el recreo para ayudarle a repararlo. El niño responsable del daño pudo ver el punto de vista de la víctima, y fue estimulado a construir la regla de la indemnización bajo circunstancias similares. Cuando los niños no temen ser castigados, están perfectamente dispuestos a presentarse para hacer una indemnización. La maestra ayudó al niño a reparar el objeto y le dijo que la próxima vez que le sucediera algo así, le gustaría que se lo dijese para ayudarlo de nuevo. 

6. Simple expresión de desagrado o desaprobación:
A menudo los adultos castigan innecesariamente a los niños, reforzando así su heteronomía, cuando una simple expresión de desagrado es más efectiva para fomentar la construcción autónoma de una regla. Si un niño quiebra un plato, por ejemplo, generalmente se siente mal, y una simple expresión de dolor en dicha situación lo conducirá a ser más cuidadoso en el futuro que cualquier castigo. Piaget indicó que todas las sanciones precedentes pueden generar rápidamente en castigos, si no existe una relación de afecto y de respeto mutuo entre el niño y el adulto. El respeto mutuo es por cierto, esencial para el desarrollo de la autonomía del niño. Es probable que el niño que se siente respetado por su forma de pensar y sentir, respeta la forma en que piensa y siente el adulto.

Tomado de  "LA AUTONOMÍA COMO FINALIDAD DE LA EDUCACIÓN: Implicaciones de la teoría de Piaget" por Dra. Constance Kamii, Universidad de Illinois, Círculo de Chicago.





 
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